
de mis miradas acosadoras, y delatadoras, que con estos ojos grandes quieren devorarselo,
he lanzado tantas veces su nombre al viento, lo he conjugado en todos los tiempos, verbos, espacios.
Ya he hecho el amor con usted en mis sueños, ya siento en mis dedos las fibras de su pelo negro deslizándose lentamente, amo, si, amo, con esa precocidad infantil, con esa puerilidad, que no entiende de tiempos, ni de razones, lo amo porque si, porque yo lo digo, no sé si lo sienta, pero sé que siento, que lo que siento tiene que ser real, cuando se me hacen nudos el estómago, y me hierve la sangre y siento que fuera a salirme a borbotones gritando su nombre, para hacerme quedar mal,
Amo su mala cara, como me evita la mirada, cada vez que la busco, amo su forma de escribir, sus gustos musicales, sus camisas de botones, amo la posibilidad de poner todas las palabras en su boca y con el tono que yo quiera, ese acento raro que aún no he podido descifrar.
Amo el hecho de sentirme una acosadora, una voyerista que lo mira sin tapujos, que lo mira actuar, ser, reirse, que mira lo que tal vez nunca pase conmigo, amo que sea tan ateo, y tan "santo" a la vez, y amo que usted tal vez nunca sepa que yo sé esto,
Me gusta inventar bromas a sus espaldas, me gusta pensarlo antes de dormir para ver si así se cuela en mis sueños, me gusta pensar que es un huraño, que le gusta la soledad, pero que al mismo tiempo guarda una esperanza romántica
A veces la impotencia se apodera de mi, y entonces me desespero, veo su ventana, por donde me espiaba cuando yo lo desconocía, y me matan los impulsos más bajos, me dan ganas de ir corriendo, de mirarlo, porque resulta que yo a veces siento que usted juega el mismo juego conmigo, que nos sabemos, que nos miramos, pero entonces me pregunto, si lo que me gusta del juego, es que no hay juego en sí mismo; sí lo que me gusta es su falta de olor, de tacto, la ausencia de su voz en mis oídos, saberme tan invisible para usted, pensar cada día que de una millonésima posibilidad de una mirada que usted arroje al aire, tal vez sea para mi y que nunca tenga como comprobarlo, imaginármelo desnudo, imaginármelo susurrándome al oído, lo más sucio, lo más romántico, pero no saber por cual de las dos se incline usted, si; soy una cobarde, o tal vez ese sea mi juego, una soledad acompañada de historias no contadas, que puedo cambiar a mi amaino, una idealización de alguien que tal vez no sea, pero que en mi mente y en mi memoria puede empeorar y mejorar; al mismo tiempo, Lo amo, porque lo desconozco, porque tengo fragmentos de usted, pistas que me va dejando por ahí, pedazos de voz, miradas sin dueño, letras de canciones, y el resto, mi imaginación y yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario