domingo, 5 de febrero de 2012

Debo

Debo, aprender a disfrutar de la fugacidad de los momentos, de la intensidad de los mismos, de la levedad de las palabras, y que sólo tengan peso para disfrutarlas mientras salen de la boca y entran por los oídos, de la mentira y la conveniencia que ellas siempre encierran.
Debo apegarme al desapego, a querer mi soledad de mucha gente, a no ahondar, a no pensar como postergar momentos, que las casualidades, son solo juegos caprichosos que a el destino le gusta jugar conmigo (más que con otras personas, pienso a veces yo) que no significa nada; una palabra dicha al mismo tiempo, ni una mirada intensa.
Debo aprender a tener humildad en silencio, claro, pero entender que el conocerme no le cambiará la vida a nadie el 99 % de las veces, que hay más peces, más coloridos, con más gracia al andar, que las palabras dichas hacia mi, mañana serán re-utilizadas con alguien más.
Debo, recordar los instantes con amor, y hasta con melancolía inofensiva, pero no con ansías, no con demasiada mente, ni con demasiada alma.

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