Quiero dejar constancia, por escrito:
La señorita Luisa, quiere hacerlo, de verdad, hacer las cosas bien.
No quiere que sus impulsos arianos la traicionen como siempre, no quiere dejarse llevar, Se va a poner su mejor traje de lunares, y el de dama por ahí derecho.
No va a esperar que pase lo que a ella no le gustaría que le pasara en otras circunstancias, se va a concentrar, en otra cosa que no sea su sonrisa, pero, ella acepta, que de vez en cuando va a mirarla, porque le encanta hacerlo, desde que el existe para ella.
Va a hacer el intento de no mirarlo con malicia, y de no propiciar conversaciones incómodas, va a respetar, su condición. No va a esperar nada de ese encuentro, que no sea más allá de los términos ya acordados.
Va a dejar de pensar que su vida es una enorme casualidad, llena de casualidades cada vez más asombrosas, que el hecho de pensarlo, por tanto tiempo, es por algo, va a recordar, que lo único malo que puede tener él, es que no es para ella.
Esas son las condiciones, estipuladas previamente.
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